
La información que nos llega a través de los sentidos y que vamos relacionando no sólo con experiencias previas, sino también interrelacionando con diferentes áreas cerebrales nos conducirá a esa respuesta motora que no será más que la construcción de nuestro comportamiento.
Todo aprendizaje comienza desde el mismo instante de la concepción, y deberá ir creciendo en paralelo con nuestro cuerpo a lo largo de la vida.
Cuando hablamos ya sea de problemas de aprendizaje, como de comportamiento, ambos pueden estar teniendo su origen bien en causas prenatales(situaciones vividas durante el embarazo, estrés materno,..), causas perinatales (dificultades en el parto, hipoxia, partos mecánicos..) o bien postnatales (malnutrición, privación sensorial,...).
"Etiquetamos" con mucha facilidad y muchas veces a la ligera. Cuando existe un problema, parece que él mismo es menor cuando está etiquetado, cuando tiene nombre y apellidos, porque de alguna manera pensamos que ya sabemos por donde tirar y encontrar solución al mismo.
Pero la etiqueta no nos dice que es lo que hay por detrás. Hace referencia a unos síntomas, pero realmente ¿conocemos las causas que nos conducen a esos síntomas?
Si bien es cierto que muchos de los problemas de aprendizaje, que tienen lugar en el mismo, pueden tener su solución en el ámbito académico, los conocidos como Trastornos específicos de aprendizaje, como puedan ser los relacionados con la lectura (dislexia), con la escritura (disgrafía), etc, otros, cuya base es biológica y que puede afectar a varias áreas del desarrollo infantil, ya sea la cognición, comportamiento y/o comunicación pudiendo en algunas ocasiones alcanzar un grado de severidad considerable, necesitan unos tratamientos complementarios y en la mayoría de los casos, principales a aquello que se pueda trabajar en las aulas.
Aquí estarían los conocidos TEA, Trastornos del Espectro Autista.
Desde el punto de vista osteopático, los momentos de gestación, embarazo y parto son de vital importancia para nuestro desarrollo personal y para aprendizaje.
Ocho son las piezas óseas que componen el cerebro y que encajan a la perfección como si se tratara de un puzzle.
Cuando el niño nace, estas piezas están unidas por suturas muy finas que van a permitir que el cráneo tenga una cierta flexibilibidad permitiendo de esta manera pasar con "facilidad" por el canal del parto.
Y además, lo forman unos orificios por los que van a pasar no sólo estructuras arteriovenosas, también estructuras neurológicas importantes.
Así por ejemplo, las meninges, situadas debajo de la estructura ósea craneal, constituyen un sistema membranoso que va a proteger al cerebro de sustancias químicas y a la vez lo va a alimentar por el líquido cefalorraquídeo. Líquido que se encuentra en dos de las tres capas que componen las meninges, concretamente en la Aracnoide y Piamadre. La tercera capa, la Duramadre.
Cuando el cráneo del bebé pasa por el canal del parto sufre una presión que va a permitir la activación de ese líquido a través del conocido Rítmo Craneosacral (movimiento respiratorio primario), produciéndose a la vez la activación neurológica y sanguínea.
Hay países como Francia y EEUU en los que durante el momento del parto está presente en el mismo un Osteopáta, ya que cualquier tipo de parto, ya sea natural o bien por cesárea no está libre de que tenga lugar alguna situación problemática.
Es así que:
Al sacar al niño se ejerce una presión bien en la parte trasera superior del cuello, bien en la base del cráneo que puede afectar a vías nerviosas importantes y/o contribuir a problemas de cólico de lactante.
En el caso de usar fórceps o ventosas, la presión podría causar microlesiones, irritación de meninges o asimetrías.
Si el parto fuera por cesárea, el bebé no estaría sometido a esas presiones craneales en el momento de atravesar el canal del parto. Si sería menos estresante, en contra pierde la percepción de esa transición del medio interno al externo,o la activación de Reflejos, como el Moro o de retirada activados en ese momento y que de alguna manera pueden repercutir en la alteración de patrones de funcionamiento de reflejos posturales posteriores, etc.
Por tanto, sería aconsejable que un Osteópata llevara a cabo una revisión del bebé independientemente del tipo de parto.
Tanto aquellos signos visibles en el cráneo del bebé como aquellos que no, pero que podrán pasar factura después, deberían ser revisados por el osteópata ya que podrá corregir aquellas presiones posteriores al parto y que pudieran llegar a provocar una alteración funcional.
El osteópata va a poder corregir los conocidos cólicos del lactante, las dificultades para mamar, infecciones de garganta y/o oído...
Así mismo, a aquellos bebés que nacen por cesárea con sus manos va a poder simular los movimientos que debería haber percibido en un nacimiento natural.
Además, podemos encontrarnos con problemas de aprendizaje en edades escolares posteriores que pueden ser debidos a solapamientos óseos que no se realizaron en su momento y que pueden de alguna manera estar presionando el líquido cefalorraquídeo e incluso vías nerviosas craneales que impiden que el niño desarrolle de forma adecuada su proceso de aprendizaje.
"Sólo podemos aspirar a dejar dos legados duraderos a nuestros hijos: uno, raíces; y el otro, alas."
William H. Carter
No hay comentarios:
Publicar un comentario